ADRA sigue participando de forma activa en situaciones de catástrofe o de emergencia. Durante muchos años ADRA se distinguió por acudir de forma inmediata allÃ, donde la tragedia se presentaba. Cuando ocurrÃan desgracias: terremotos, inundaciones, incendios, guerras o cualquier otro tipo de calamidad; ADRA y sus servicios de socorro llegaban con sorprendente rapidez al lugar de la catástrofe. Esa acción, ADRA la continúa llevando a cabo. Pero desde hace ya unos cuantos años, ADRA participa de forma muy activa y con muchos recursos en la solución de los problemas económicos de los paÃses subdesarrollados o en vÃas de desarrollo.
Por ejemplo, en 1997 ADRA financió proyectos por un importe superior a los treinta mil millones de pesetas, de los que se beneficiaron veintitrés millones de personas. En el año 1998, la inversión ha superado los treinta y cinco mil millones de pesetas y los beneficiarios han alcanzado la cifra de los veintiséis millones de personas. ADRA-España contribuye igualmente en los programas de desarrollo en diferentes paÃses de América, Asia y Ãfrica, gracias a las aportaciones de sus socios colaboradores, a donaciones particulares y a las subvenciones de la Administración publica española, cuyo máximo exponente es la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores.
ADRA mantiene su ideolog�a y su misi�n cuando toma decisiones en sus programas y proyectos.
ADRA mantiene un equilibrio en la adjudicaci�n de los recursos, tanto en actividades de asistencia social como en las de desarrollo.
ADRA est� plenamente dedicada a toda iniciativa sostenible de desarrollo que satisfaga las necesidades locales.
ADRA responde con la rapidez apropiada a los desastres, tanto a los humanos como a los naturales.
ADRA brinda asistencia humanitaria y de desarrollo a todas las personas, y evita la discriminaci�n basada en la raza, la nacionalidad, el sexo o la afiliaci�n pol�tica o religiosa.
ADRA asegura un v�nculo eficaz entre las necesidades verificadas y los recursos de los donantes y de los beneficiarios.
ADRA reconoce que sus beneficiarios son diversos pero identificables y manifiesta sensibilidad ante las necesidades de cada cual.
ADRA procura la excelencia t�cnica en todas sus actividades.
ADRA pone en pr�ctica procesos de desarrollo que se basan en las necesidades comprobadas de la comunidad e incorpora su apropiada participaci�n.
ADRA fomenta el bienestar y la salud de las comunidades por medio de la asistencia orientada hacia el desarrollo de la econom�a, la creaci�n de escuelas, instituciones de salud y otros servicios.
ADRA promueve una relaci�n eficaz y de calidad por medio de su red de comunicaciones.
ADRA eval�a y define peri�dicamente sus pol�ticas mediante la auto evaluaci�n, con la mira de mejorar sus operaciones.
ADRA reconoce que su personal el de gran valor y que por eso debe ser tratado con justicia, respeto y equidad.
ADRA pone en marcha planes de acci�n que definen y dedican recursos apropiados para el desarrollo y la elevaci�n de los recursos humanos.
ADRA incorpora mujeres en todos los niveles de sus operaciones y les da un papel destacado en el proceso de desarrollo.
ADRA promueve su imagen p�blica por medio de programas permanentes para crear conciencia social entre la ente.
ADRA promueve el conocimiento relativo a los temas vinculados con el desarrollo y proporciona medios y mecanismos adicionales para que sus beneficiarios puedan reaccionar positivamente y entrar en acci�n.
ADRA est� dedicada a ampliar la base de sus donantes entre individuos, empresas y subvenciones gubernamentales de modo que su expansi�n corresponda con las capacidades administrativas y t�cnicas de la comunidad, y con la madurez de sus organizaciones.
ADRA sigue participando de forma activa en situaciones de cat�strofe o de emergencia. Durante muchos a�os ADRA se distingui� por acudir de forma inmediata all�, donde la tragedia se presentaba. Cuando ocurr�an desgracias: terremotos, inundaciones, incendios, guerras o cualquier otro tipo de calamidad; ADRA y sus servicios de socorro llegaban con sorprendente rapidez al lugar de la cat�strofe. Esa acci�n, ADRA la contin�a llevando a cabo. Pero desde hace ya unos cuantos a�os, ADRA participa de forma muy activa y con muchos recursos en la soluci�n de los problemas econ�micos de los pa�ses subdesarrollados o en v�as de desarrollo.
Por ejemplo, en 1997 ADRA financi� proyectos por un importe superior a los treinta mil millones de pesetas, de los que se beneficiaron veintitr�s millones de personas. En el a�o 1998, la inversi�n ha superado los treinta y cinco mil millones de pesetas y los beneficiarios han alcanzado la cifra de los veintis�is millones de personas. ADRA-Espa�a contribuye igualmente en los programas de desarrollo en diferentes pa�ses de Am�rica, Asia y �frica, gracias a las aportaciones de sus socios colaboradores, a donaciones particulares y a las subvenciones de la Administraci�n publica espa�ola, cuyo m�ximo exponente es la Agencia Espa�ola de Cooperaci�n Internacional (AECI) dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores.